Primero encontré al individuo del salobrar, muy de lejos. Volando:


La verdad es que es un ave fina, fina, no puede ser más finica. Me atrevería a decir que parece un cruce de cigüeñuela con archibebe claro (puestos a soltar la imaginación).
Aquí está el individuo de el salobrar junto a un archibebe claro – camaverda (Tringa nebularia). Más pequeño el fino, por supuesto.

Y aquí el individuo de la albufera, también acompañado por archibebes claros, frente al bishop 1.


Allí curiosamente se juntan estos días cigüeñuelas, archibebes claros y oscuros, andarrios bastardos y grandes, y chorlitejos, es un buen momento para fijarse en las diferencias entre estas limícolas tan parecidas. Muy llamativos los archibebes oscuros (Tringa erythopus), más de 40 individuos frente al observatorio, con una mezcla de plumajes de invierno y de verano que van perdiendo en su bajada hacia el sur, estos últimos, muy oscuros, son muy llamativos.
Aquí teneis un archibebe claro haciendo estiramientos, y otro en vuelo junto a 2 cercetas pardillas de un grupo de 6 que hechó a volar al paso de un lagunero que siempre revoluciona el panorama cada vez que se acerca.


También un gran número de garcetas comunes frente al Bishop 1; alguna se pasea cerca tranquilamente:

Y el protagonista del día, el archibebe fino:





Al marchar foto obligada al calamón junto al puente. El sol directo incide en la parte superior del ave, resaltando sus colores, incluso de una forma algo exagerada:

Y al salir pasas apenas a unos metros del dormidero de martinetes, donde los jóvenes se sitúan relativamente cerca del paso, supongo que confiando en su camuflaje, lo que permite hacerles un par de fotos de recuerdo:



Bueno, espero que os haya gustado alguna foto, que una sobredosis de picaduras de mosquito (en salobrar y albufera) y calor, sirva al menos para algo, je.
Saludos.
Juanjo.